30 septiembre 2008

yace

Los puntos pesaban sobre la cara
fríos, punsantes
el atardecer aparecía
e intentabamos despojarnos de toda idea de vacío

nos mirábamos por los poros
nos sentíamos intocables
desperdiciábamos hojas de diario
armando recortes simultáneos/sucesivos

mordíamos el tiempo de a poco
como queriendo retener los momentos
esos, nuestros, momentos
desintegrábamos miradas
inspeccionabamos rincones de nuestro propio cuerpo.
Y vos decidías que camino tomar
y yo miraba mi reflejo en el alba
y era de noche y de día, otra vez
y nos mirábamos

1 comentario:

Hermes dijo...

"y era de noche y de día, otra vez"
me gusta esa circularidad deseada, que se intenta sostener o, incluso, que intenta anular el tiempo

pedías que vuelva (qué lindo gesto) acá estoy, aunque ya no soy lo mismo de ayer